El ejército no disparó

El ejército no disparó

El Ejército No Disparó

 


Por: Francisco Martín Moreno

 

@fmartinmoreno

 

La realización de los Juegos Olímpicos a celebrarse en un país latinoamericano en el contexto de la llamada Guerra Fría, llamaron poderosamente la atención del mundo en otoño de 1968.

Los hechos trágicos que volvieron a enlutar a México en aquel 2 octubre, fueron parte de una operación encubierta diseñada en Washington por la CIA, de acuerdo a las instrucciones del presidente Lyndon Johnson, uno de los criminales patrocinadores de la desbastadora guerra de Vietnam. La historia y el tiempo se encargaron, como siempre, de sacar a la luz pública lo acontecido.

Entremos en materia: La CIA había transformado en ese año al DF en un enorme centro de espionaje. Sin la presencia de Winston Scott, jefe de la estación de la CIA en México, no hubiera sido posible entender tanto el movimiento estudiantil, como la supuesta “represión gubernamental.”

Johnson veía con preocupación la simpatía que había despertado la revolución cubana en México. Según él, Castro trataría de aprovechar la traumática relación histórica de nuestro país con EU para impulsar un gobierno comunista, razón por la que Scott desarrolló la «Operación Litempo». ¿Se puede repetir la historia hoy en día…?

Las protestas estudiantiles de 1968, provocadas por los incondicionales mexicanos de la CIA, como los generales Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado Mayor Presidencial, Alfonso Corona del Rosal, regente de la Ciudad de México, el teniente coronel Manuel Díaz Escobar, subdirector de Servicios Generales del antiguo Departamento del Distrito Federal (DDF), fueron organizadas por Scott para asestar finalmente un golpe de Estado contra Díaz Ordaz, de modo que el Ejército asumiera el control del país. Scott y su gobierno infiltraron el movimiento estudiantil a través de provocadores, los responsables de atentados dinamiteros en contra de empresas e instituciones, entre otros objetivos.

Los incondicionales de la CIA incrustados en el Departamento del Distrito Federal, organizaron al grupo de choque conocido como De la Lux, francotiradores bajo las órdenes del teniente Díaz Escobar, quienes el 2 de octubre de 1968 dispararon contra el ejército y los asistentes al mitin celebrado en la plaza de las Tres Culturas, con un saldo de 43 muertos. (Ver video en Youtube: La Conexión americana de Carlos Mendoza).

El ejército mexicano ha cargado injustamente con la responsabilidad criminal de la CIA, puesto que nuestros soldados fueron recibidos a balazos desde las azoteas de la plaza. Si no fue así, ¿por qué hubo militares lesionados? Los estudiantes no estaban armados. Quienes disparaban eran soldados disfrazados de paramilitares del Estado Mayor Presidencial, a cargo de Gutiérrez Oropeza, además de los Guardias Presidenciales, sin olvidar a agentes de la Dirección Federal de Seguridad, a cargo de Gutiérrez Barrios.

Basta con ver las películas que los aficionados y la prensa internacional tomaron el 2 de octubre para constatar lo sucedido: los soldados gritaban a la gente que se tirara al piso, o bien que se arrastraran para escapar del fuego y que llevaran a los heridos a buen resguardo. El ejército no disparó: sus órdenes consistían en detener a los dirigentes del consejo. “Los quiero vivos, no muertos”, fueron las instrucciones de García Barragán, secretario de la Defensa.

¿AMLO creerá que puede llamar “ridículos” a los congresistas de EU, insultar a los gobernadores de Florida y Texas (por más razones que existan para hacerlo), violar el T-MEC al atentar contra las inversiones eléctricas, el maíz transgénico y los farmout petroleros sin consecuencia alguna? ¿La ley internacional tampoco es la ley? ¿Invitar a tiranos como Díaz Canel, Maduro y Evo Morales, no constituyen señales ominosas, como la participación del ejército ruso y del chino en nuestro desfile militar? Su política tan suicida como sospechosa de “abrazos, no balazos”, ¿carece de trascendencia en Washington, cuando el fentanilo cobra miles de vidas en EU y el crimen organizado de apodera de más de la mitad de nuestro país? ¿AMLO habrá oído de las “operaciones encubiertas” como las padecidas por decenas de presidentes de América Latina a manos de EU, sin olvidar a Allende? ¿Sabrá la verdad de lo acontecido en México en el 68? El lobo que viene el lobo: este próximo jueves Blinken y su comitiva estarán en Palacio…

Tomado de mi ensayo México Engañado. Editorial Planeta.